
George es responsable del almacén de Noxifer desde mayo de 2019. En estos años ha visto como la empresa crecía y por ende, la necesidad de mejorar la capacidad y su gestión. Nos abre las puertas de su día a día, sus retos y su visión de futuro.
¿Cómo fue el inicio?
Empecé el 23 de mayo de 2019 como responsable de almacén, aunque en ese momento no tenía experiencia previa en este sector, así que fue una gran oportunidad para mí. Desde el primer momento me involucré en todas las áreas: preparación de pedidos, expediciones, organización del equipo...
¿Cómo estáis organizados?
Dentro del departamento tenemos la zona de almacén de producto acabado que nos llega de las tres plantas de producción, con diferentes espacios según el tipo de producto y la volumetría, la zona de embalaje y las expediciones. Aunque tenemos espacios diferenciados, el trabajo en equipo lo es todo. Mi filosofía es la mejora continua, implementando pequeños cambios de día a día y mejoras; durante este tiempo he crecido profesionalmente, liderando una transformación significativa en el funcionamiento logístico de la empresa.
¿Cómo ha evolucionado el almacén desde entonces?
¡Muchísimo! En estos seis años han aumentado considerablemente las ventas, lo que ha supuesto un incremento en el volumen de pedidos, más preparación y, por tanto, la necesidad de ampliar el equipo. En 2019 éramos tres personas de almacén y ahora ya somos diez, organizados en dos turnos y también con jornadas partidas para dar servicio continuado a toda la producción y expediciones.
Pero no solo en personas, el almacén ha crecido tanto en tamaño como en estructura. Ahora tenemos más capacidad de almacenaje, más equipamiento y una mejor distribución del espacio. Sobre todo, hemos optimizado la zona de embalaje, que ha mejorado muchísimo en eficiencia y organización.
¿Qué cambios destacarías en cuanto a la gestión?
Sobre todo, la digitalización. En el último año hemos implementado SAGE, un software que nos ha permitido dar un gran paso adelante en la gestión del almacén. Antes, muchos procesos se hacían de forma manual o con herramientas muy básicas, y eso dificultaba el control y la trazabilidad. Con el nuevo programa, tenemos una visión mucho más clara de todo: sabemos exactamente cuánto tiempo llevan los productos en stock, podemos anticiparnos a posibles roturas y planificar mejor las reposiciones. Además, hemos mejorado la organización de los inventarios: hacemos controles mensuales por producto y un inventario general al final del año. Esto no solo nos permite trabajar con más precisión, sino también ahorrar tiempo y reducir errores.
Nos queda lejos, pero, ¿cómo afectó el Covid al almacén?
La pandemia queda lejos sí, pero la empresa paró únicamente las dos primeras semanas y al volver la normalidad se incrementó la demanda y notamos mucha más carga de trabajo. Lo que queda más cerca es el “apagón” del lunes pasado, que por suerte nos afectó poco en almacén y se expidió todo el material que teníamos preparado para evitar retrasos en las entregas y garantizar el servicio a nuestros clientes. El almacén es el punto de conexión clave entre producción y ventas; somos el eje intermedio que asegura el flujo continuo del negocio, y por eso, no podemos detenernos.
¿Cuál dirías que es la clave para un buen funcionamiento del almacén?
Sin duda, contar con un equipo humano sólido, basado en el compañerismo y la colaboración mutua, es fundamental. Aquí no hay espacio para el individualismo: todos trabajamos unidos, avanzando en la misma dirección.
Y fuera del trabajo… ¿cómo es George?
Intento mantener una rutina activa, voy al gimnasio cada día y me gusta mucho caminar por la montaña. Siempre he sido muy aficionado al deporte; antes jugaba al fútbol como defensa central y aunque ya no juego, me sigue gustando. Sigo al Barça y soy muy fan de la Fórmula 1, sobre todo de Fernando Alonso.
En mi tiempo libre también me gusta desconectar viendo series como Black Mirror o The Blacklist, escuchando rock o rap — Eminem y AC/DC me acompañan bastante —, y leyendo. Ahora mismo estoy con 1984, de George Orwell. Y si me preguntas por mi plato favorito, sin duda te digo que la pasta.
Nos quedamos con una grata sensación de la gestión de almacén, a veces desconocida. ¡Gracias, George por compartir tu experiencia!